Cyberfractal

Principal Indice Motivación Objetivos Presentación Filosofía El Autor

¿Para qué no sirve?


¿Para qué no sirve la filosofía?

La filosofía es inutil para hacer política. Porque la utilidad de este saber es dado por su inutilidad. Lo útil es la libertad del ser. Y la libertad de este saber consta de aquello que nos hace existir en el mundo como seres hablantes.

En efecto, somos en el mundo presente por la vida que se presenta por el lenguaje. Y este lenguaje es lo que presenta al ser del "ser ahí" como útil para la existencia del ser humano.

En cambio, cuando la filosofía se halla en política, la misma pierde su fuerza y valor de verdad. Si bien esta caída es paradojal, vale decir, un aporte y una ganancia para la historia del pensamiento que hace libres a los seres humanos, al mismo tiempo, es la inutilidad la que crea el "cambio de actitud" hacia las cosas, esto es, el "habitus" de la no servidumbre frente a la palabra del referente político.

Por eso la filosofía no es funcional al hacer del lobby político, porque éstos no la pueden emplear. Nos hallamos entonces frente a un patrón de larga data que se repite entre filosofía y política.

Lo dicho hasta aquí supone que la filosofía no es esclava de ningún lobby, porque los cuestiona. Por eso ella se impone como ejercicio de libertad mediante la crítica radical de toda clase de imposición o plan que pretenda domesticar o educar el modo de pensar, obrar y ser de los sujetos.

Ahora bien, la filosofía no se somete, sino que interroga; no se pliega ni se subordina, sino que abre caminos. En su vocación de preguntar por el ser, es decir, la verdad del ser, del ser-ahí, su lenguaje va a responder a la contradicción del sentido común. Dado que frente a la demanda política, va a promover siempre primero la afirmación del ser humano antes que su instrumentalización.

Cerebro instrumentalizado para producir dinero

indexAtrás Arriba Comunicate Bajar en pdf Texto comprimido

# | #
Semiología # Psicología # Fractal # Escritos # Contacto # # #
Balanza de la Justicia
# # # Atención Psicológica
Cerebro contabilizado
Sujeto domesticado
Cerebro contabilizado
Casado con el dinero
Cerebro contabilizado
Ensobrado para no hablar


La filosofía no sirve para hacer lobby

    Para "la dictadura del proletariado" la filosofía es inútil. Y tiene razón: no sirve para hacer dinero, ni para ganar las elecciones, ni para fabricar obediencia. No produce nada rentable, salvo una molestia al sentido común: el "habitus" de valerse del pensar.

Su inutilidad escandaliza a la lógica del rendimiento y la producción porque desactiva la maquinaria que prefiere sujetos rápidos, distraídos y convencidos de todo lo que el Otro les dice. La filosofía, en cambio, se atreve a preguntar  ¿por qué?¿cómo?,  justo donde otros quieren respuestas automáticas e inmediatas. La filosofía no cura enfermedades, pero sí exorciza de las conductas de tragar creencias sin masticar. Con la filosofía nos apartamos del pan y circo.

Es correcta la afirmación del campo productor: la filosofía es inútil. En efecto, es tan inútil como la libertad porque estorba la ilusoria inercia de lo material como la verdad o la palabra que incomoda, vale decir, como la conciencia cuando obliga a revisar lo que uno prefiere no ver (la historia personal).

La inutilidad de la filosofía es su arma. Por eso —aunque a muchos les irrite admitirlo— sigue siendo indispensable para estar advertido por lo menos de las mentiras que inventan los referentes políticos y otros...

Conclusiones

   En sintesis, la filosofía no sirve para hacer política porque su valor de verdad radica en preservar la libertad del ser humano como sujeto que se sirve de su propio pensamiento y habla. En cambio, cuando la filosofía se subordina y trabaja con lo político, pierde su ser, pero gana en independencia, es decir, se convierte en un saber que impide la servidumbre frente al discurso del Otro.

Río de la Plata, noviembre/2025
Lic. Gustavo Ricardo Rodríguez
Psicología UBA
Filosofía USAL
Investigador IIPC/USAL

Atrás Arriba Comunicate Bajar en pdf Texto comprimido



Volver al inicio