Presentación
A esta página web no puedo sino anteponer aquellas reflexiones que el humanista Dante Alighieri (1265-1321) ha expresado al escribir que todas las formas del mundo terrestre proceden de la virtud informante de las esferas celestes, o sea, el macrocosmos. Recordemos que Dante había adoptado la astronomía del alejandrino Claudio Ptolomeo (siglo II), quien basándose en los estudios de los babilónicos constituyó la base del modelo geocéntrico del mundo.
Dante sostiene que la región celeste está distribuida en nueve (9) esferas: siete (7) planetaria, en que están colocada la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno, en la octava (8) se hallan las estrellas fijas. La novena esfera, al ser primera, es pujante y atractiva, porque como es libre se mueve con movimiento irregular, a partir de la cual se originan las mutaciones de las cosas, los cambios, las concepciones, las incertidumbres, en suma, aquello que señalamos como lo complejo. Por último, circundándolas a todas encontramos lo infinito del cielo empíreo, que según Dante es el lugar de los bienaventurados, quienes rodean el trono de Dios como una rosa fulgurante.1
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En el siglo XIV, el cosmos de Dante Alighieri es el heredado de Ptolomeo y Aristóteles
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Del tema los fractales Estimado(a) lector(a) no espere ningún resultado pedagógico de educación u orientación pues no se aspira a ello. Pero, contra lo que pueda parecer, es inevitable que cada uno pague los costes de su aprendizaje. Aun aceptando que las experiencias propias son las mejores fuentes de aprendizaje que los exámenes, vamos a sacar a la luz de esta publicación: formas internas que tenemos de ver los problemas. En efecto, estas formas, llamadas objetos fractales, son útiles no solo para cambiar nuestra óptica de las cosas, esto es, ampliar nuestra capacidad intelectual, sino también, para aquellos que sueñan ver la profundidad del océano de lo infinito. Incluso, si en ciertos ámbitos de su vida humana tiene la convicción de que no hay manera de suplir la propia experiencia, entonces, su actividad intelectual va a adquirir en este momento significantes cuando asuma el hábito de pensar de manera fractal.
La aproximación fractal es sentir lo real, es lo que no se ha inscripto en el cuerpo. Es ver y sentir lo cualitativo no solo en el desierto de la naturaleza, sino en las empresas, en los astros, en la economía, en las ciencias sociales, en los estamentos, en el arte, en la política, en la salud como en la enfermedad, en el placer y en el dolor, en las organizaciones e instituciones, en los RR HH, en las manifestaciones de la cultura en general.
Este proyecto fractal, no se logra con cursos de metodología o de psicoterapia como los libros de autoayuda2, cuya fascinación se impone como norma, incluso en cuanta carrera terciaria o universitaria (idea de eficacia), sino dando cabida al caos, el dolor, la enfermedad, el azar, la historia personal, los sueños, los fracasos, los triunfos, lo irregular que combina lo micro y lo macro, lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande: las partículas elementales (quartz) y el cosmos (el universo).3
Por eso, la característica “fractal” –como veremos– reconvierte nuestra forma de aprendizaje de lo real hacia las expresiones del arte. Pues el arte es por excelencia el lugar del libre juego de la imaginación, juego entre orden y caos (de ahí la relación propiamente dicha con la geometría en lugar de otras disciplinas) que se autoorganiza como paradoja. Autoorganización responsable del enorme abanico de formas, tamaños y variedad de dimensiones desconocidas que se bifurcan y pueblan nuestro planeta.
Si a transitar aprendemos gateando y caminando, cayéndonos y levantándonos, vale decir, de forma irregular, una y otra vez, repetición de lo real como imposible. Del mismo modo, observamos estos patrones anómalos en el movimiento de la novena esfera de Dante, lo cual concluimos que aprendemos a pensar de manera fractal cuando miramos con seriedad y capacidad propia de juicio: lo complejo.
1- Ver: Dante Alighieri, (Il Convivio) El convite, tratado 2º, III- IV, (ed. BAC – Madrid – 1956) pág. 735; «El sumo deseo de cada cosa y el primero dado por la naturaleza es el de volver a su principio» op.cit. IV 12-14. En este tratado de filosofía escrita por Dante Alighieri en lengua italiana, probablemente entre 1304 y 1307 Dante analiza el dinamismo del deseo: Summa desideria cuiusque rei, a natura primo data, est redire ad suum principium. “El sumo deseo de toda cosa, dado en primer lugar por la misma naturaleza, es el retorno a su principio”. Y como Dios es el principio de nuestras almas […], el deseo principal de esa alma es retornar a Dios. Para una mejor comprensión leer la CARTA APOSTÓLICA, CANDOR LUCIS AETERNAE, del SANTO PADRE FRANCISCO, en el VII Centenario de la muerte de Dante Alighieri, v. sitio: https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters/documents/papa-francesco-lettera-ap_20210325_centenario-dante.html. Volver al texto
2- Los cursos de metodología, las psicoterapias y los test en general son aceptados como recetas, placebos, es decir como fármacos semejantes a la demanda publicitaria para eliminar lo más pronto posible las dolencias de la lógica del capital. Volver al texto
3- Sin entrar en polémicas, creo que en los procesos sociales, como los que se presentan en la economía política, se dan características fractales que invitan a la ingobernabilidad, lo que equivaldría a decir aplicar el pensamiento complejo para abordarlos. Esto último sería la mayor aportación cognoscitiva de este aspecto de los fractales que nos ocupa: saber si nos estamos enfrentando al caos o no. Volver al texto
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