Cyberfractal

Principal Indice Motivación Objetivos Presentación Filosofía El Autor

Develamiento del discurso capitalista

Comunicate| Inicio Indice
Semiología

Psicología

Fractal

Escritos

Contacto #
Balanza de la Justicia


#

    El capitalismo está obsesionado con el rechazo a la muerte. Lo mueve el miedo inconsciente a la muerte. Sus imperativos de acumulación y de crecimiento surgen en vista de la amenaza de muerte. Tan obsesionado está el capitalismo con la muerte que una "rigidez cadavérica recubre la vida". Somos "zombis" del rendimiento -nuevo principio neoliberal, es decir, libertario-, el fitness o el bótox.

    La separación de vida y muerte, que constituye la economía capitalista, genera la vida no-muerta, la muerte en vida, el bot que imita lo humano: el ro-bot. El capitalismo genera una paradójica pulsión de muerte, pues le quita la vida a la vida. Su afán de una vida sin muerte acaba siendo mortal. De este modo, la vida se anquilosa en mera salvece quien pueda.

    El fenómeno de la selfie (mostrar que uno se encuentra vivo) sirve para explicar el funcionamiento de los agentes terroristas suicidas, que oponen la "muerte real" al sistema que la niega. Tienen el "mismo cuadro psicológico que los habitantes" de la sociedad capitalista. El suicidio asume la forma de una autoproducción. Es imaginado como un selfie definitivo. La pulsación del botón que hace explotar la bomba se parece a la pulsación del disparador de la cámara. El terrorista suicida es consciente de que tras cometer su acto su foto circulará enseguida por todos los medios. Se le presta la atención que hasta entonces se le había denegado. Es un Narciso con cinturón de explosivos.

    El panóptico digital, lo que equivale a decir IA, es un dispositivo que vuelve posible un control psicopolítico de la sociedad, ya que a través de ella podemos penetrarnos en nuestros pensamientos más íntimos. Con esto, exponemos toda nuestra intimidad y nos sentimos comunicamos afiebradamente, sin soportar vacíos, ni esperas. Todo por la "necesidad interior" sin coacción externa. El Estado policial de Orwell con telepantallas y salas de tortura es algo totalmente distinto del panóptico digital con Internet, smartphones y gafas de Google, donde impera la apariencia de una libertad y una comunicación ilimitadas. Aquí no se tortura, sino que se ponen posts o se tuitea. La vigilancia que se identifica con la libertad es muchísimo más eficaz que aquella otra que actúa contra la libertad.



Lic. Gustavo Ricardo Rodríguez
Psicología UBA
Filosofía USAL
Investigador IIPC/USAL

Indice Bajar en pdf Volver al cielo Comunicate




 
 
Volver al inicio